En Julio del 2006 un par de chavos chocaron con mi auto en una bicicleta, mientras estaba estacionado en una calle cerca de la Terminal ADO, me encontraba a una distancia aproximada de 20 metros del lugar, cuando de pronto escucho la alarma anti impactos, para mi sorpresa veo a 2 chavos intentando darse a la fuja, me dio coraje, pues no parecía que quisieran quedarse y averiguar el auto de quien habían dañado, simplemente se iban a dar a la fuga.
Para mi fue algo que me causo indignación, como alguien escapa así nada mas. Se subieron a la bicicleta y rápidamente pedalearon en mi dirección, tuve que pensar que hacer, en una mano traía equipo y solo me quedaba una sola mano libre, si quería detenerlos tendría que ponerme en su camino e intentar frenarlos con mi mano libre, tendría que calcular cuanta energía cinética vendría acompañada en la bicicleta y si podría con una sola mano detener ese movimiento. Mis cálculos dijeron que seria probable que me lastimaría la muñeca, pero de igual forma mi indignación me hizo ignorar el sentido común, calculando el punto de intercepción me atravesé en su camino y detuve súbitamente la bicicleta con ambos chavos que por un momento salieron disparados de la misma, pero sin caer al suelo. Muy bien pensé al menos nadie salio lastimado, ni mi mano, ni ellos. Solo la sorpresa de lo que había sucedido, al verse sorprendidos por un momento se enfadaron, tal vez por la sorpresa no pensaron ni un segundo que yo seria el dueño del auto al que habían chocado. Les dije.

– Vengan conmigo veamos a revisar mi auto
– Esta bien pero suela la bicicleta
– La bicicleta viene conmigo y ustedes también, tenemos que ver que daños hay

Llegando al auto hice el recuento de los daños, la calavera trasera izquierda estaba quebrada.

Les pregunte por que iban escapar y no tuve respuesta, les pregunte su edad y resultaron menores de edad, pedí el numero telefónico de sus padres, pero me dijeron que sus padres no vendrían por ellos. Pregunte si debía detener una patrulla para que sus padres tuvieran la obligación de ir al ministerio publico y me dijeron, por favor no.

Dios, sabe que no soy malo, entonces les di la opción que todo el que choca sueña con recibir, les dije.

Díganme ustedes, que quieren hacer, como desean reparar el daño.

Me respondió el silencio, es obvio que no tenían la menor idea.

Les dije, Ok hagamos lo siguiente, si ustedes consiguen una calavera, aunque sea vieja pero en buen estado para el modelo de mi auto, yo la acepto y mientras eso ocurre me quedare con la bicicleta como garantía y que me dieran un numero celular para poderles llamar, ¿De acuerdo? pregunte. Me dijeron SI y que Vivian lejos que no tenían como irse a casa. Ok, tome 30 Pesos y se los di como muestra de mi buena fe, para que pudieran abordar un taxi e ir a casa, fue la ultima vez que los vi, Quedamos de vernos en un ciber café de la zona, pero como nunca llegaron, decidí ir a a la agencia y cotizar la pieza rota de mi auto.

Con la cotización en mano, tome el celular y les llame, el celular no era de ellos, sino de una amiga y esto fue lo que se dijo.

Como se escucha en la grabación, yo pondría la diferencia para que solo tuvieran que pagar 1000 pesos, una segunda llamada.

Pasó la siguiente semana y tampoco, obtuve nada, así que decidí comprar mi calavera y esperar, si algún día aparecerían. Hasta el día de hoy, eso no ha ocurrido.

Las siguientes son imágenes de los chavos involucrados, de la bicicleta y de la calavera rota, si los conocen, pues díganle que se ponga en contacto conmigo al siguiente numero 001 202-7426-817 y que vengan por su bicicleta, ya no importa el pago, les condono la deuda.

Hoy es lunes, 19 de marzo de 2007, si dentro de un mes nadie reclama la bicicleta la regalare, a mi simplemente no me sirve de nada y le puede servir a alguien.

Bueno, ahora solo falta esperar y ver que sucederá con la bicicleta